Comparativa entre Xbox One S y PS4 Pro: ¿Cuál conviene más en 2025?

En el mundo del gaming, elegir una consola no es tan simple como parece. Más allá de las preferencias por marcas, cada sistema ofrece propuestas distintas que apuntan a tipos de jugadores variados. Entre las más conocidas de la generación anterior, la Xbox One S de Microsoft y la PS4 Pro de Sony siguen generando debate.
Aunque hoy el mercado ya avanzó hacia consolas más nuevas, como la PS5 y la Series X, muchos todavía eligen estas versiones por precio, catálogo o simple nostalgia. En esta nota te mostramos cómo se plantan frente a frente, qué ventajas tiene cada una y qué conviene según el uso que le vayas a dar.
Potencia y rendimiento gráfico: ¿quién gana?
Cuando se habla de potencia, la PS4 Pro se lleva la ventaja. Está equipada con una GPU más robusta, lo que le permite rendir mejor en juegos que usan resolución 4K, incluso aunque no todos corran a 60 fps constantes. Esto se nota sobre todo en títulos que aprovechan al máximo el motor gráfico, como juegos de mundo abierto o shooters con muchos efectos. Para quienes buscan calidad de imagen, texturas más nítidas y mejor detalle visual, la Play tira un poco más.
En cambio, la Xbox One S no apunta tanto a los gráficos en juegos, sino más al contenido multimedia. Si bien también escala a 4K, no es nativo como en la PS4 Pro. Donde sí se luce es en la reproducción de películas o series, ya que trae un reproductor de Blu-ray UHD y compatibilidad con servicios de streaming en alta definición. En pocas palabras, si tu objetivo es ver pelis en buena calidad y jugar de forma más casual, la Xbox cumple perfecto.
Otra diferencia clave es que la PS4 Pro rinde mejor en títulos exigentes, mientras que la Xbox One S tiende a bajar la calidad gráfica en juegos pesados. No es que no sirva para jugar, pero se nota que no fue pensada para competir en esa área. En rendimiento puro, si buscas jugar a lo grande, la PS4 Pro termina ganando la pulseada.
Diseño, controles y experiencia de uso
En lo visual, las dos consolas tienen su estilo propio. La PS4 Pro tiene un diseño más moderno, con líneas sobrias y un formato un poco más fino. Su ventilación es buena, aunque puede ser algo ruidosa cuando el sistema se exige. En cuanto a tamaño, no es enorme, pero tampoco es la más compacta.
Por otro lado, la Xbox One S se destaca por su practicidad. Es más chica, más liviana y con una estética limpia. Muchos la eligen porque se adapta bien a cualquier espacio y no llama demasiado la atención. Además, no se calienta tanto y suele ser más silenciosa, algo que suma para sesiones largas de uso.
Pero donde la Xbox realmente brilla es en su joystick, que muchos consideran el mejor del mercado. Tiene una forma ergonómica, es cómodo para manos grandes y chicas, y ofrece una respuesta muy precisa. Sony mejoró bastante su DualShock 4, pero sigue habiendo usuarios que lo encuentran algo más frágil o menos cómodo. En eso, el control de Xbox One S saca ventaja.
Servicios, retrocompatibilidad y extras
Uno de los puntos fuertes de la Xbox One S es sin duda su Game Pass, un servicio de suscripción que te da acceso a un montón de juegos, tanto nuevos como clásicos, por una cuota mensual. Es ideal si no queres gastar en juegos individuales o si te gusta probar cosas distintas cada mes. Además, la consola tiene retrocompatibilidad con juegos de Xbox 360 y la Xbox original, lo que agranda mucho el catálogo sin tener que salir a comprar nada más.
La PS4 Pro, por su parte, no tiene una retrocompatibilidad tan amplia. Sin embargo, cuenta con el “Boost Mode”, una función que mejora el rendimiento de algunos juegos antiguos sin necesidad de actualizarlos. Esto te permite rejugar títulos viejos con mejor fluidez y gráficos más limpios. Es un plus interesante si ya tenes una colección de juegos de PS4.
Además, Sony tiene su propio servicio de suscripción, PS Plus, que incluye juegos mensuales y acceso al online, aunque su biblioteca no es tan extensa ni rotativa como la del Game Pass. Por eso, si lo tuyo es jugar mucho sin gastar tanto, la Xbox One S con Game Pass tiene una propuesta más tentadora.
¿Qué consola conviene más según el uso?
Acá es donde entra en juego qué tipo de usuario sos. Si te importa el rendimiento gráfico, si jugas títulos pesados o si querés aprovechar bien una tele 4K, la PS4 Pro se acomoda mejor a esas exigencias. Vas a notar la diferencia en resolución, calidad de imagen y detalles técnicos. Además, la experiencia general con títulos exclusivos de Sony como God of War, Horizon Zero Dawn o The Last of Us Part II es más potente en esta consola.
Ahora, si te interesa una consola para ver contenido multimedia, jugar de vez en cuando y disfrutar de un catálogo variado sin gastar mucho, la Xbox One S tiene varias cosas para ofrecerte. Con el Game Pass, podes descubrir juegos nuevos todo el tiempo sin pagar precios altos, y su capacidad para reproducir Blu-rays UHD y contenido en streaming la transforma en un buen centro multimedia.
También influye el tipo de control que prefieras y si te interesa más tener acceso a juegos antiguos. En este sentido, la retrocompatibilidad de la Xbox le suma un punto importante, especialmente para quienes vienen de generaciones anteriores de Microsoft.
Una decisión que va por gustos y prioridades
Elegir entre la Xbox One S y la PS4 Pro no tiene una única respuesta correcta. Ambas consolas ofrecen cosas buenas, pero se nota que fueron diseñadas con objetivos distintos. Si priorizas la potencia gráfica, los títulos exclusivos y una experiencia más inmersiva en gaming, entonces la PS4 Pro va a ser tu mejor compañera. En cambio, si buscas una consola completa, accesible, con gran catálogo y buena para ver pelis o series, la Xbox One S es difícil de igualar por lo que ofrece en su gama.
Hoy, con la llegada de nuevas generaciones, estas consolas siguen teniendo vida útil y una comunidad activa. Lo clave es que elijas la que más se adapte a vos: a cómo jugas, a qué tipo de experiencias buscas y a qué tanto querés invertir. Al final del día, lo que importa es disfrutar. Y tanto la Xbox One S como la PS4 Pro te lo van a permitir, cada una a su manera.
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